Si ambición es tratar de ser mucho más de lo que se es, inteligencia es aprovechar la verdadera posición de uno. Y Rosy, con tu variable posición que pasó de hermana menor a hermana del medio, has demostrado que se puede ser feliz haciendo grande cada momento, se esté donde se esté.
Probablemente por ser la más parecida a mami has ido ocupando muy poco a poco, sin aspavientos y sin apuro, ese lugar central que te has ganado a fuerza de nobleza y de demostraciones de cariño, provocando que todo gire a tu alrededor sin que nadie se queje de ello.
Así como quien no quiere las cosas tuviste a tu Armando Méndez cuando quisiste, te llevaste de trofeo a Fermín y a Monchi, a pesar de la competencia, te casaste con Arquímides a pesar de la familia, sacaste tus cinco puntos en el diploma a pesar del miedo a no lograrlo y luego te empataste con quien deseaste - Silvio incluido- y tuviste un hijo cuando y con quien lo decidiste. Por poco vas a dar a Pinar del Río meses después de graduarte, pero fuiste a caer a Ginebra y a Praga y a Amsterdam y quién sabe adónde irás todavía. Hoy tienes la vida organizada, aunque sea desorganizándosela un poco a los demás que, sin embargo, se babean por hacerlo.
Es impresionante lo que se puede lograr derrochando bondad y sonrisas, apoyando las ilusiones de quienes te rodean y dándole satisfacciones a todos. Y es también por eso que te admiro tanto y me enorgullezco de tenerte desde siempre a mi lado, contagiándome a mi y a los demás de ese optimismo suave y esa vitalidad permanente que te caracterizan.
Supongo que habría que mencionar tus defectos, pero sería perder el tiempo ocuparse de algo tan insignificante y que, por demás, te adorna.
Caracas, algún momento de 1998.