
Qué se siente cuando muere tu padre? Esta noche yo sentí un profundo dolor físico en el corazón, una mezcla de rabia con desconcierto con desamparo y con impotencia.
Papi fue muchas cosas, que logramos apreciar todos quienes estuvimos cerca de él desde el primer instante: un hombre de principios, de certezas aún en sus dudas, de apego a sus convicciones, de respeto hacia los demás y de exigencia de respeto hacia sus criterios. Un hombre inteligente y dedicado a entregar toda su inteligencia en todo lo que se aplicaba. Un hombre honesto, incorruptible. Un industrialista furibundo y cubano 10,000%, apasionado de la playa y de flotar en el agua sentado sin mayor esfuerzo. Un hombre que encontró el milagro de la fusión del ser humano con la naturaleza. Alguien que siempre actuó sabiendo que hay que dar más que pensar en recibir.
Pero especialmente fue un padre ejemplar y maravilloso, que llegó a comprender que sus hijos, sus frutos, sus amores, teníamos ideas propias tan respetables como las suyas no importando el ámbito. Un padre al que debemos una clara percepción del bien y del mal y del que recibimos amor, compañerismo, instrucción, inducción y respeto.
Y ya no estará cada jueves para conversar un rato por teléfono de lo humano y de lo divino, o cada vez que hizo falta para lo que hiciera falta.
Ahora tendré que hacer un esfuerzo especial adicional para intentar ser un poquitico mínimo de la clase de ser humano que tuve el honor y el privilegio de llamar durante casi 53 año
s PAPA.