Agua y elegancia construyeron a Venecia. Ahi en un grupo de islotes cerca del continente los venetos empezaron a levantar edificios para soportar sus aventuras marinas y el apogeo que alcanzaron gracias a sus aptitudes guerreras y comerciantes les dio la oportunidad de construir cada vez mas solido y mas bello. Los maravillosos palazzos o Ca se suceden unos a otros, algunos orillando los canales, otros de frente a las plazas que por costumbre llaman "campos". No hay orden preestablecido ni alineacion que respetar al construir sobre la irregular superficie de casi 120 islas, asi que caminar por sus angostisimas aceras o pasear en vaporetto o gondola por sus intrincados canales siempre termina en agradable sorpresa.
El Gran Canal con su forma de "S" es la autopista, la via que lo conecta todo, desde la estacion de trenes Santa Lucia hasta ese lujo arquitectonico que es la Catedral de La Sallute. Los puentes son imprescindibles y son tantos que varios de ellos apenas se notan, dejando en el otro extremo la belleza del Ponte Rialto o la inusual construccion del Ponte dell'Accademia. Si el Gran Canal es la gran via, los canales son las arterias de la vida por donde circulan las muy romanticas -y costosas- gondolas, los elegantes "taxis" y yates de todo tamaño y los asombrosos vaporettos adaptados como camiones o hasta carrozas funebres.
Al salir del canal hacia el Lido no puedes quitar los ojos del campanario que reconoces como lo mas alto de la Piazza San Marco. Uno que ha visto tantas postales y peliculas y fotos y repotajes de este lugar tiene que acopiar calma para que no salte el corazon mientras de acercas...efectivamente es todo lo que uno ha visto, pero mucho mas. Temprano en la mañana cuando sus unicos visitantes son cientos de palomas, al mediodia cuando hay que pedir permiso a los miles de turistas o en la noche, cuando suenan las orquestas apostadas en algunos de sus mas elegantes cafes, la Plaza te hace sentir importante y, no importa como vayas vestido, te hace sentir glamoroso. Tres de sus lados los ocupan largas y perfectas columnatas, pero el cuarto lado, el que da hacia el oeste, es el que embelesa con la fachada esplendida de la Basilica.
Se agradece que no haya transporte terrestre para que sea obligatorio caminar e ir descubriendo recodos preciosos, tienditas de todo tipo, innumerables cafes y -como no- decenas de iglesias. Vida por donde quiera que mires. Alegria de disfrutarla comoquiera que la sientas. Pecho repleto de orgullo por estar haciendo algo que sabes que te iluminara para siempre. Ganas de tener mil pulmones para llevarte todo ese aire de majestuosidad.
Ufff, Venezia!