A quien Dios no le da hijos, las hermanas le dan sobrinos. Y estos son mis tres regalos, fantásticos, inmejorables, inigualables. Cada cual con lo suyo, los tres son fuente permanente de alegrías y temas de conversación constante. Uno serio, responsable, trabajador, buena gente y buen amigo pero mejor hijo, nieto y sobrino (y parece que novio..). El otro sagaz, observador, investigador, jodedor. La última segura de su seguridad, arriesgada, habladora, imitadora y manipuladora. Todos hermosos por fuera y por dentro. Eso si, inteligentes de verdad...COMO SU TÍO