El mundo es amplio y diverso y este parque logra que lo constates.
Por alguna razón que no conozco Epcot está como "escondido" detrás de sus famosos e hiperpublicitados hermanos, siendo como es el que aporta más cultura al visitante. Está dividido claramente en dos partes, "Future World" mostrando la sempiterna lucha de la humanidad por adquirir nuevos conocimientos e invitándote a tomar el batón de nuestros predecesores y alcanzar nuevos e impensados topes y más al fondo World Showcase, que explica de forma irrefutable que el mundo es bello en cualquiera de sus puntos cardinales.
Ya antes de entrar te queda claro que el tema es nuestro planeta, nuestra única nave espacial, con su impactante esfera metálica que preside la antesala, dividida a su vez en las áreas dedicadas a la tierra, el mar y el aire. La estructura de unos 50 metros de diámetro contiene una atracción que te lleva a la historia del conocimiento humano desde Egipto hasta nuestros días. De entre las muchas atracciones por supuesto destaca Soarin, el maravilloso viaje aéreo sobre California con el sobrevuelo a los naranjales de los que rezuman los azahares, al campo de golf desde el que casi te golpea una pelota, al mar que te salpica los pies y al portaaviones desde el que despega un helicóptero cuyo hélice estás a punto de rozar. Sin embargo descartar las otras no tiene sentido: el parque está preparado para que disfrutes ampliamente cada una de sus secciones.
La circular World Showcase, alrededor de una preciosa laguna, es la realización del sueño de Disney de crear una calle internacional mientras buscaba ideas para su parque de California. Once pabellones de países de todos los continentes te dejan boquiabierto por el buen gusto y el ostensible respeto a las otras culturas allí representadas y el resultado es el buscado: tras visitar esta parte de Epcot te queda el compromiso de ir a vivir la inigualable emoción de comer en un lujoso restaurante de Paris cerca de la Tour Eiffell, de atravesar el Paseo de los Muertos en Teoutihuacán, de caminar por la Plaza San Marcos de Venecia o de adentrarte en la frondosa historia del país anfitrión, ya de por si crisol de culturas.
Hice lo correcto: en mi primera visita a Epcot di un gran recorrido panorámico para palpar la magnitud del parque. Ahora tengo como nuevo y sabroso reto volver tantas veces como merezca para disfrutar los mil detalles de esta maravilla.