Caracas, ay Caracas!

Esta ciudad vista bien es muy bonita y estoy muy de acuerdo con tía Carmita, quien alguna vez dijo que era "vista y comida" porque también es verdad que aquí se come de forma excelente. 

Con Frank hemos tenido la oportunidad de comer en varias ciudades del mundo y hemos exagerado yendo a lugares un poco más caros que ... Continuar leyendo

ACTA DE CONDOMINIO

Tras haberse suspendido en dos ocasiones por falta de quórum y convocada en tercera oportunidad por la Junta de Condominio del Edificio Pascal se da inicio a la reunión de copropietarios del mencionado edificio. Asisten trece personas. Preside la reunión la Junta, conformada por su Presidente, en lo adelante y a los únicos efectos de esta Acta “PRESI CONDOM” y sus miembros. El Orden del... Continuar leyendo

Mas de una vez he oido que las salidas a comer en Caracas son un evento social antes que una ocasion de consumo. Y es cierto, la gente de la capital venezolana aprovecha de una forma singular su estancia en los restaurantes, convirtiendo con frecuencia cada mesa en el unico mueble de una casa de la que magicamente han desaparecido el resto de los comensales, abriendo posibilidades al chiste, la risa, el chisme, la discusion, el beso y hasta la griteria.

Pero ir al restaurante Alto,... Continuar leyendo

A

achantado: (adj.) desganado, sin entusiasmo, pasivo. Gloria anda muy achanta'a, ni siquiera quiso salir a bailar este fin de semana.

Caracas, como toda Venezuela, tiene muchísimos atractivos naturales y lugares de interés, según el gusto de cada quien.  Es una ciudad caótica que surgió en un valle a casi mil metros sobre el nivel del mar amparada en la sombra de una preciosa cordillera que los aborígenes llamaban Guaraira Repano y luego alguien rebautizó como “El Ávila” y cuyas cimas se elevan todavía otros mil metros más. Del otro lado (al sur) una buena cantidad de montañas, que fueron ocupándose poco ... Continuar leyendo

en 1993 estuve en mi única corrida con Sito y Carmita...y pasó esto

Alimentándome desde siempre con fabadas, bacalaos y paellas, hablando español, leyendo a Hemingway y viendo películas con toreros, sobre todo de niño, no es de extrañar que me entusiasmara la idea de ir a ver una corrida en una tarde soleada, con enormes afiches anunciando los matadores y las bestias y alguna que otra bota de vino, para gritar el indispensable OOOOLE por cada airosa verónica o cada buena clavada de banderillas.... Continuar leyendo